lunes, 24 de diciembre de 2012

A ella, la Putiaron!

La palabra perdió su vestido, va como puta de boca en boca,
sin sentimiento ni verdad. Se pasea con lujuria de noche y de día
balbuceando algo que ya no está.

No es necesario un día de halloween, diariamente la disfrazan
para amar, para trabajar, para cosechar lo que antes se hacía
con honestidad.

Pobre, ya no tiene corazón, un oscuro velo si, uno que cambia
de color más no de intención. Un trapo que por más que se
lave seguirá siendo puerco, mal oliente y poco altruista.

Ya la palabra es un Frankenstein, de egos, codicia e importaculismo puro,
el refugio perfecto para los huérfanos de valor, para el lacayo de la ambición, para el egoista de profesión.

Lástima, la putiaron, la convirtieron en una bastarda, una prepago de lo más barata, en una triste harapienta... en la que aún, creo yo!

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